La política es tan susceptible a las modas como lo son la música, el cine, la literatura, los matrimonios o la alta costura. Sin olvidar la cocina, claro. Pero si una de las principales características de las modas es precisamente su corta duración, también las hay de asombrosa perdurabilidad. Tomen, por ejemplo, los pantalones vaqueros, los tatuajes, las hamburguesas o la música rock.
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