El malestar del ejército israelí con Benjamín Netanyahu ―transmitido a través de filtraciones a medios locales― por retrasar la anunciada invasión de Gaza ha llegado al punto de obligarles este lunes a emitir un inusual desmentido conjunto. Las presiones diplomáticas, las negociaciones sobre los rehenes y sobre la entrada de ayuda humanitaria, y el riesgo de desencadenar una guerra regional vienen aplazando una operación terrestre que lleva días anunciada como inminente y preparada en lo militar. Al final de una jornada de informaciones sobre la pérdida de paciencia en las Fuerzas Armadas, con las reticencias de Netanyahu a dar la luz verde definitiva, él; su ministro de Defensa, Yoav Gallant, y la portavocía militar han difundido un comunicado en el que aseguran “trabajar juntos en estrecha cooperación, y sin descanso, en pos de la victoria total de Israel sobre Hamás”. Mientras, el ejército bombardea Gaza desde el aire cada vez con más fuerza y Hamás anuncia la liberación de otras dos rehenes. Esto último ha sido confirmado por el Comité Internacional de la Cruz Roja.
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