“El euro digital nunca reemplazará al dinero en efectivo”. Ese fue el punto de partida del Banco Central Europeo (BCE) desde el instante en que en 2021 empezó a trabajar en diseñar una moneda digital oficial para los países de la eurozona. “Un sistema que nos dejará garantizar que el dinero y los pagos siguen siendo de confianza y eficaces en un ambiente digital que cambia de manera rápida”, conforme asegura la corporación, que incluso advierte de que “los pagos son un bien público demasiado esencial para dejarlo en manos de los mercados financieros internacionales”.
Sin embargo, desde la extrema derecha y desde ciertas situaciones neoliberales prefieren ignorar estas premisas y certezas. Asimismo que al proyecto de creación de dinero digital le quedan ciertos años (la fase de investigación acaba en el mes de octubre de dos mil veintitres). Y que ya antes de ser realidad deberán participar los parlamentos. Finalmente, que es una meta “imparable” que comparten todos y cada uno de los grandes bancos centrales, desde la Reserva Federal (Fed) de E.U., pasando por el Banco de Inglaterra…