España aún no tiene siquiera aprobado un proyecto de presupuestos para este año, y en Bruselas ya se empieza a hablar de cómo tienen que ser las cuentas de 2025. El Eurogrupo ha lanzado sus líneas básicas para el próximo ejercicio y plantea que sean “ligeramente contractivas” siguiendo las orientaciones de las nuevas reglas fiscales. Es decir, reclaman recortes de gasto o subidas de impuestos para empezar a reducir el déficit y la deuda y, al mismo tiempo, combatir la inflación. Defienden los ministros de Finanzas de la zona euro que esta es la apuesta presupuestaria adecuada a pesar del estancamiento en el área monetaria por la necesidad de reducir el endeudamiento acumulado en los años precedentes, con dos grandes crisis, la de la pandemia y la energética y de precios por la guerra de Ucrania, que han requerido importantes desembolsos públicos para evitar que el golpe en Europa sea mayor en hogares y empresas.
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