El sol del verano impactando sobre el asfalto o las paredes de los edificios, sumado a la falta de árboles y sombra hace que en ciertos espacios de las ciudades la temperatura sea, de media, 1,5º superior a la de las zonas colindantes. Se trata del efecto conocido como islas de calor urbanas (ICU) y es el responsable del 4,3% de las muertes en ciudades durante los meses de verano y del 1,8% durante el resto del año.
Este es el resultado de un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) que ha analizado 93 ciudades europeas (entre ellas nueve españolas: Barcelona, Madrid, València, Alicante, Sevilla, Málaga, Murcia, Palma y Bilbao). La investigación, realizada por un equipo internacional y publicado en la revista ‘The Lancet’, ha analizado las tasas de mortalidad de las personas mayores de 20 años del verano de 2015 y las ha cruzado con los niveles de temperatura registrados dentro y fuera de las ciudades para evaluar el efecto del exceso de asfalto y falta de árboles en la mortalidad prematura.
El estudio se remonta a 2015 porque no se han encontrado datos equiparables sobre la población que ha muerto prematuramente por calor en años posteriores. A pesar de eso, sus autores señalan que los resultados son generalizables y proporcionan “información valiosa para adaptar nuestras ciudades al cambio climático”.
De las ciudades españolas examinadas, aquellas más afectadas por las islas de calor son Madrid y Barcelona, en las que 922 personas murieron por culpa de este fenómeno. Esto supone el 13,54% del total de decesos de ese verano, cifra que las convierte en la segunda y la…