Está claro que 2023, salvo que ocurra una catástrofe, será el mejor año turístico de la historia de España. Las hoteleras destacan sus cifras de ocupación, las compañías aéreas celebran los datos de ingresos tras la subida del precio de sus billetes; y los datos de afiliación a la seguridad social son mejores que jamás. Pero, en este optimismo, ya hay voces que señalan que los costos no pueden subir de forma indefinida y las reservas ya no crecen con tanto ímpetu como hace unos meses. Hay que dejar de inflar el globo pues se comienza a percibir el riesgo de que pueda llegar a explotar.
La primera en asumir que algo está cambiando fue la hotelera Barceló. En un encuentro con medios de comunicación, su consejero delegado para Europa y Oriente Medio, Raúl González, fue claro al explicar que van a cobrar considerablemente más por sus habitaciones. Sus tarifas en España son entre un 6 por cien y un siete por cien más caras que hace un año y un 20 por ciento más elevadas que en 2019, que ya fue el mejor año de la historia en ingresos…
