La marcha verde cara la neutralidad energética no será un camino de rosas. Ya lo advirtió desde el inicio de los inconvenientes de suministro que provocó Vladimir Putin desde otoño de dos mil veintiuno, el experimentado estratega jefe de materias primas de Goldamn Sachs, Jeff Currie: a las tensiones geopolíticas del Kremlin se ha sumado “la revancha de la Vieja Economía”. Se trata del poder de influencia del “sistema de producción fósil”, que ha dominado todos los ciclos de negocios desde comienzos del Siglo XX y que es capaz de poner en competición “episodios de shocks exógenos” para alterar el valor de mercado del gas y del petróleo y mudar el paso de los bancos centrales.
Los negros augurios de Currie se han confirmado. El fantasma de la inflación ha resurgido como nunca en los últimos cuatro decenios, desde la crisis petrolífera de los setenta que encumbró a la OPEP como cártel con suficiente capacidad para dictaminar el curso de la economía global.
Su presagio constata que la plan de actuación hacia modelos productivos sostenibles y de emisiones netas cero no solo…