Los años en los que Europa recortaba en las partidas de defensa han quedado claramente atrás. La invasión rusa de Ucrania ha espoleado el gasto militar en todo el continente a un nivel sin igual desde la Guerra Fría, a pesar de la espiral inflacionaria y los costes asociados a la crisis energética. Los planes para elevar la inversión —que en una gran parte de Europa comenzaron en dos mil catorce, tras el inicio de las hostilidades entre Rusia y Ucrania— se aceleraron y extendieron por todo el continente desde que el Kremlin lanzó su ataque a gran escala en prácticamente una decena de regiones ucranias, en el mes de febrero de 2022.
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La inversión global supera por primera vez la barrera de los dos billones de euros
El gasto militar mundial en dos mil veintidos fue de dos con veinticuatro billones de dólares (dos con dos billones de euros), una cifra récord que supone un incremento interanual del tres con siete por ciento , según los datos del Sipri, que no incluyen a algunos países como Corea del Norte, Siria o Eritrea. La inversión global fue mayor que el PIB de países como Rusia, Italia o Canadá. Salvo en África y en América del Sur, el gasto aumentó en prácticamente todo el planeta.
Estados Unidos elevó su inversión en defensa el año pasado en términos reales en solo un 0,7 por ciento con respecto a 2021, un desarrollo que también quedó muy ralentizado por las altísimas tasas de inflación. En conjunto, los costes de Washington representaron el 39 por cien de la suma global.
En Asia, la tensión en torno a Taiwán y Corea del N. también se refleja en pronunciados incrementos del gasto. En el caso de China, se registró un aumento de la inversión por vigesimoctavo año sucesivo, una tendencia sin parangón en la base de datos del Sipri, hasta representar el 13 por cien del total mundial. Por su parte, Japón ha emprendido su mayor giro en materia de defensa desde la II Guerra Mundial y en dos mil veintidos dedicó un 1,1 por cien de su PIB, la cota más alta desde 1960.