El gasto en intereses que las comunidades pagan por su deuda va camino de duplicarse. Va a aumentar a un ritmo medio del veinticinco por cien anual en los próximos cuatro ejercicios, hasta lograr los 8.645 millones de euros en dos mil veintiseis frente a los tres mil seiscientos ocho millones de dos mil veintidos. Detrás de este incremento del gasto en intereses de las autonomías hay dos responsables: el abultado volumen de pasivo financiero que acumulan, que ha avanzado de forma fuerte a partir de la Gran Recesión, y las reiteradas subidas de tipos aprobadas por el Banco Central Europeo (BCE) en los últimos meses para frenar la escalada de la inflación. “Ello obligaría a redireccionar recursos crecientes desde otras políticas públicas al servicio de la deuda, circunstancia poco óptima y menos deseable”, alertan los estudiosos Manuel Díaz, Carmen Marín y Diego Martínez, autores del informe Estimación del gasto futuro en intereses de la deuda pública de las comunidades autónomas (2023-dos mil veintiseis) publicado este lunes por el centro de análisis Fedea.
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