Hace unos años, el rey del e-commerce en África no era ni Amazon ni Alibaba, sino Jumia. Fundada en Lagos en 2012, esta startup creció hasta ser la principal plataforma de comercio minorista de este continente, alcanzando también el estatus de unicornio y convirtiéndose en la primera gran tecnológica africana en cotizar en la Bolsa de Nueva York. Sin embargo, la euforia duró poco: en tan solo tres años, su valoración ha pasado de 3.000 millones a 460 millones de dólares. Una situación que ha llevado a la compañía a tomar decisiones drásticas para conservar su título.