El PSOE ha optado por el mal político menor y ha decidido este jueves in extremis, a pocos minutos de que comenzara la Comisión de Hacienda en el Congreso, aplazar esa sesión hasta el próximo lunes para intentar buscar apoyos al proyecto de ley para fijar un tipo mínimo en el impuesto de sociedades, que contenía un paquete de enmiendas para dar luz a una reforma fiscal. De este modo, el Ejecutivo esperaba extender el nuevo impuesto a la banca, endurecer la fiscalidad de las sociedades cotizadas de inversión inmobiliaria (socimi), eliminar la bonificación del diésel que ha provocado algunos fraudes o gravar el tabaco de los vapeadores, entre otras medidas con las que planeaba elevar la recaudación en más de 4.500 millones. PNV y Junts presionan en una dirección y los socios de izquierdas en la contraria, con la meta de mantener ese tributo también para las multinacionales energéticas.
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