El Gobierno que lidere España a fines de diciembre —ya sea el actual en funciones o un nuevo Ejecutivo salido de las urnas del 23-J— deberá prorrogar los Presupuestos Generales del Estado de 2023 para el año próximo. El calendario político ha vuelto a afectar a la ceremonia presupuestaria retrasando todas y cada una de las resoluciones económicas para construir la hoja de ruta de la Administración central de cara a dos mil veinticuatro. Sería la quinta vez que se prorrogan unas cuentas públicas en los últimos diez años, lo que da cuenta de la inestabilidad a nivel político que atraviesa el país desde la crisis del euro.
Seguir leyendo