El estreno más esperado del ámbito cultural no es una película, una novela o un disco. Tampoco se verá sobre las tablas ni se jugará en una consola: va a salir del Consejo de Ministros. La pretensión, eso sí, es que exactamente sirva para asegurar y fortalecer el inestable presente y el dudoso futuro de quienes crean arte. Por el hecho de que el real decreto que el Gobierno prevé aprobar hoy —a falta de aplazamientos de última hora— incluye dos medidas clave para la cultura: una inédita prestación por desempleo adaptada a la precariedad del campo, por vez primera en la historia democrática de España; y la compatibilidad entre el cobro de la pensión y cualquier actividad artística que produzca rendimientos económicos, como pudo confirmar EL PAÍS con dos fuentes que participaron en la negociación.
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