El Gobierno aprobó una batería de ayudas para combatir las consecuencias de la guerra de Ucrania. Redactó hasta 6 decretos ley y usó los Presupuestos para tratar de calmar el impacto de los costos energéticos y la consecuente inflación. Entre otras muchas, se rebajó la tributación de la factura de la luz, se fortaleció el bono social térmico y eléctrico, se redujo el IVA del gas y de los comestibles básicos, se concedieron cheques a los hogares frágiles, se repartieron ayudas sectoriales, se bajó el IRPF para rentas inferiores a los 21.000 euros, se bonificaron los carburantes y se subvencionó el abono transporte y la gratuidad de Media Distancia, Cercanías y Rodalies. El Ejecutivo retirará prácticamente todos estos paquetes de ayudas a final de año: las rebajas energéticas, las ayudas al transporte y la bajada del IVA de los alimentos no van a llegar a 2024. Así estaba previsto en los decretos aprobados y así se comunicará a Bruselas en el próximo plan presupuestario que el Gobierno enviará antes del 15 de octubre. Solo sostendrá la bajada del IRPF y la gratuidad de cercanías. Todo lo demás decaerá el próximo treinta y uno de diciembre. La resolución supondrá un aumento en la recaudación de impuestos y tendrá un notable impacto sobre los costes energéticos y la inflación.
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