El año 2022 cerró sus puertas y lo hizo sin recuperar aún el PIB anterior a la pandemia, con una tasa de inflación ignota, los precios de la energía y de los alimentos disparados y con unos fondos europeos, los Next Generation, que no acaban de tener el efecto multiplicador. Con la idea gubernamental de que la recesión pasará de largo y no va a tocar al sistema productivo por nuestra menor dependencia del gas ruso, los desafíos del Ejecutivo pasan por levantar la estanflación, acometer medidas para reducir el alto nivel de IPC y sobre todo de la inflación latente, aparte de darle un sentido práctico y de desarrollo a las subvenciones y los préstamos que Bruselas brindará a España hasta 2026.
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