Tras casi 24 horas de tensión en Rusia, el jefe de Wagner, Yevgeny Prigozhin, ha ordenado a los mercenarios que avanzaban cara Moscú que retornen a las bases para “eludir un derramamiento de sangre”, conforme informa la agencia de noticias AP.
La orden tiene sitio después de que el presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, anunciara que había negociado con Prigozhin un pacto de desescalada. “Yevgueni Prigozhin admitió la propuesta del presidente bielorruso sobre del avance de los efectivos de Wagner en territorio ruso y pasos futuros para reducir las tensiones”, notificó el servicio de prensa de Lukashenko en Telegram y recoge además la agencia oficial de Bielorrusia, BELTA.
En un audio, el jefe de Wagner ha señalado que está deteniendo a sus tropas para eludir el “derramamiento de sangre ruso”.
El presidente ruso, Vladímir Putin, había prometido esta mañana neutralizar el “motín armado” de Prigozhin, que se ha negado a entregarse tras llevar a sus unidades a una ciudad al sur del país desde la Ucrania ocupada y desde ahí aparentemente cara el norte, en dirección a Moscú. El jefe del Kremlin, que ha calificado la rebelión de “puñalada por la espalda”, ha dicho que los responsables serán castigados y que el Ejército y las fuerzas del orden han recibido “las órdenes necesarias” en el país, donde las medidas de seguridad se están reforzando.
En una contestación desafiante al discurso de Putin, Prigozhin ha cargado directamente contra el presidente, señalando que “se equivocó de forma profunda en lo que se refiere a traicionar a la patria”. “Nadie va a entregarse (…). No deseamos que el país siga viviendo en la corrupción, la burocracia y la mentira”, ha añadido en un audio en su canal de Telegram. “Somos patriotas, y…
