Francisco González, expresidente del BBVA, ha acudido este viernes a la Audiencia Nacional a declarar por segunda vez como encausado por los trabajos que, a lo largo de años, hizo el comisario jubilado José Manuel Villarejo para la entidad de finanzas. Lo ha hecho a solicitud propia y con una estrategia muy clara: descargar en sus subordinados toda la responsabilidad de aquella contratación, por la que el banco abonó 10,3 millones de euros, on line con lo que ya había hecho en su primera comparecencia ante el juez, en el mes de septiembre de 2019. No obstante, González se ha enfrentado con un interrogatorio muy meticuloso de la Fiscalía Anticorrupción y con varias preguntas del magistrado Manuel García-Castellón, con las que han cuestionado una parte de su testimonio auto exculpatorio, según han coincidido en apuntar a EL PAÍS múltiples de los asistentes a la declaración.
Seguir leyendo