“Una vez que se encuentra en el centro de esa plaza es alcanzado por el atacante, quien, una vez que le tiene en el suelo, sujeta la catana con ambas manos y, alzando la mirada al cielo y gritando unas palabras en árabe entre las que se escucha la palabra ‘Allah [Alá]’, le asesta una última estocada mortal”. Así describe el juez de la Audiencia Nacional Joaquín Gadea el momento en el que Yassine Kanjaa, un hombre de 25 años y nacionalidad marroquí, mató presuntamente al sacristán Diego Valencia este miércoles en el centro de Algeciras. Valencia es la única víctima mortal del ataque de Kanjaa en dos iglesias de la localidad. Hay, además, cuatro heridos. En el escrito, en el que autorizaba a la policía el registro de la vivienda esa misma noche, el magistrado califica inicialmente los hechos como un delito de asesinato “con fines terroristas”, y lo vincula con el “salafismo yihadista”, la corriente supremacista del islam que desprecia las demás religiones.
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