El jefe del conjunto mesnadero ruso Wagner, Yevgeny Prigozhin, ha reconocido que a veces sus combatientes han pasado semanas intentando atrapar una sola casa en la urbe clave disputada de Bakhmut, ubicada en el Donbás, en la que forma la última prueba de de qué forma los esfuerzos del Kremlin se han atascado en esta zona.
En un vídeo publicado en Año Nuevo, Prigozhin –aliado clave de Putin– aparece filmado visitando un sótano cerca del frente oriental lleno de cadáveres de sus propios combatientes, muchos de ellos convictos, fallecidos a lo largo de los encarnizados combates por la urbe, objetivo clave de Rusia desde el verano.
En la improvisada morgue, se ve a Prigozhin mostrando cadáveres en camillas y en bolsas de plástico. En la esquina de una de las salas se puede ver una pila de cadáveres que llega a la altura de los hombros. “Su contrato ha terminado, se van a ir a casa la semana que viene”, se oye decir a Prigozhin, y añade: “Estos se preparan para ser enviados. Todos trabajamos a lo largo de la Nochevieja.
“Aquí yacen los combatientes de Wagner que murieron en el frente. Ahora los están metiendo en ataúdes de cinc y volverán a casa”. Mientras se ven más cuerpos bajando de un camión, se oye a Prigozhin felicitando el Año Nuevo.
Wagner ha desempeñado un papel clave en la ofensiva rusa contra Bakhmut y los soldados ucranianos entrevistados por The Guardian aseveran que los combatientes del conjunto mesnadero se usan de manera frecuente como tropas de choque en asaltos frontales contra sus situaciones, al tiempo que los rusos movilizados últimamente se despliegan en funciones más protectoras.
Aunque fuentes ucranianas y weblogs militares rusos llevan tiempo sugiriendo…
