La globalización fue a lo largo de un buen tiempo una cuestión de precio. Tan simple y tan complejo como hallar las mercaderías más baratas o los lugares donde menos cuesta producirlas, y moverlas luego allí donde el consumidor se halle para extraer así el máximo margen de beneficio posible. Ese objetivo es aún parte de su esencia, pero desde el estallido de la pandemia y la guerra en Ucrania, otro factor gana terreno en la estrategia de las empresas: la seguridad del suministro.
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