El alquiler de residencia en España se ha transformado en una gran jungla. 4 meses tras la entrada en vigor de la ley de vivienda, que prohíbe a las agencias cobrar al inquilino por sus servicios y solo deja trasladar este gasto al casero, aún hay inmobiliarias que prosiguen con esta práctica ilegal. Y no son pocas las que tratan de sortear la regla con diferentes argucias. En cualquier caso, son cada vez más las inmobiliarias que, frente al cambio de escenario, han claudicado y están abandonando el negocio del arrendamiento para centrarse en la compraventa. El perjudicado de esta nueva realidad es, una vez más, el inquilino.
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