Los días dorados en los que personas procedentes de todos los rincones del mundo se mudaban a Portugal podrían llegar a su fin muy pronto. Desde octubre de 2012, el país concede un permiso de residencia a los extranjeros que inviertan entre 350.000 y 500.000 euros en la compra de un inmueble o la creación de puestos de trabajo en el territorio luso. En la década que lleva en vigor la Golden Visa, se ha otorgado 11.180 visados y ha recaudado cerca de 6.600 millones de euros. Pese a esto, el Gobierno portugués considera que ”ya no está justificado”, por lo que ha decidido poner el programa en revisión.