Salvador Illa, líder del PSC, ha sido proclamado esta tarde president de la Generalitat en el Parlament en una sesión con tintes surrealistas, plagada de interrupciones, suspense y condicionada por la figura omnipresente de Carles Puigdemont que apareció en Barcelona tras siete años fuera de España y volvió a darse a la fuga pese al despliegue policial que le esperaba para detenerle. El nombramiento de Illa consagra la apertura en Cataluña de un nuevo ciclo político lejos del procés e implicada en la construcción de una España plurinacional. La sesión, que tuvo enganchada a buena parte de la población a la televisión como si fuera una jornada de los Juegos de París, ha concluido con la designación de Illa por el resultado ya previsto: 68 votos a favor (PSC, ERC y los comunes) y 66 en contra (Junts, PP, Vox, CUP y Aliança Catalana). Puigdemont no ha votado al no haber delegado su voto.
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