Aunque hubiésemos perdido, también habría sido una victoria. Sé que la gente se habría volcado con ellas y se habría dado cuenta de que es un deporte igual de entretenido que el masculino.
Ayer me costó mucho dormir, me desperté varias veces llena de inquietud. Estaba nerviosísima. Por la mañana, hemos bajado a la urbanización de Manzanares el Real (Madrid) donde pasamos el verano, a ver el partido en una tele que habían puesto en el club social a fin de que lo vieran juntos los vecinos. Seríamos unas 30 o 40 personas y llevábamos camisetas y bufandas. Chillábamos como nadie, sobre todo el gol.
En el penalti estábamos todos angustiados con la incertidumbre de si lo aceptarían, aunque habíamos visto meridianamente que había sido mano. Nos hemos alegrado un montón. Hemos gritado el nombre de Jenni para apoyarla, tal y como si nos pudiese oír. En los 5 minutos finales ya antes del final estábamos todos chillando a fin de que acabara: “¡Que pite ya, que pite ya!”.
Lo curioso es que la mayoría de la gente que estaba ahí no había visto un partido de futbol femenino en su vida. Incluso había gente que no veía ni futbol femenino ni masculino y que asimismo bajaron. Como mi abuela, por ejemplo, que jamás ve el fútbol. Estaba muy conmovida y hasta se puso a plañir cuando han ganado. Y había más gente llorando. Alguna lágrima se me escapó a mí también.
Yo juego en el la capital de España Club de Fútbol Femenino y esta va a ser mi sexta temporada. Tengo 18 años. Comencé desde pequeña en el instituto, jugando en el patio. Cuando pude, en tercero de Infantil, mi madre me apuntó y ya nunca lo he dejado….