La reforma del Partido Socialista para corregir los defectos comprobados de la ley de libertad sexual o del ‘solo sí es sí’ dio al fin sus primeros pasos este martes en el Congreso, mas deja muchas secuelas. La coalición progresista en el Gobierno queda lastrada, si bien no rota. Los dos partidos asociados de esta compleja legislatura, Partido Socialista y Unidas Podemos, se volvieron a reprochar a la cara, ahora desde la tribuna de las Cortes y en la tarde anterior a la celebración del ocho-M, Día Internacional de la Mujer, todos los agravios que llevan acumulando desde que en el mes de noviembre se comenzaron a registrar inesperadas reducciones de condenas y excarcelaciones de criminales sexuales a consecuencia de la nueva tipificación de determinados delitos en la ley. La portavoz del Partido Socialista, Andrea Fernández, no escondió su cansancio ante “las peroratas” poco “maduras” de Unidas Podemos. La ministra de Igualdad, Irene Montero, que no intervino en la sesión, estuvo en la bancada reservada al Ejecutivo acompañada solo de la también ministra y secretaria general de Podemos, Ione Belarra. La propuesta del Partido Socialista Obrero Español ha salido adelante con 231 votos a favor (PP, Ciudadanos y ciertos aliados minoritarios), 56 en contra (UP, ERC y Bildu) y 58 abstenciones, entre ellas la de Vox, que se permitió ese gesto simbólico cuando comprobó que la iniciativa iba a progresar.
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