Las negociaciones para la investidura de Pedro Sánchez avanzan, aunque absolutamente nadie se atreve a dar por seguro su éxito a estas alturas. El equipo más próximo del líder del Partido Socialista está hablando con todos y cada uno de los conjuntos que conformarán la nueva mayoría —Sumar, ERC, Junts, PNV, Bildu, BNG, e intenta añadir a Alianza Canaria— en una jugada compleja a muchas bandas con negociaciones paralelas en las que lo más difícil es lograr incluir en el acuerdo a la vez a ERC y Junts, en constante disputa por el liderazgo del independentismo. El pacto no está cerrado, y los movimientos reservados son intensos en los últimos días para intentar avanzar en el pacto, mas lo que sí tienen claro en el Gobierno y el PSOE, conforme varias fuentes consultadas, es que los socialistas, cuando esté maduro, deberán dar un salto con un movimiento definitivo y muy delicado: una fotografía en Bruselas entre un miembro de su cúpula y Carles Puigdemont, el líder de Junts. Es algo que va a exigir, según coinciden fuentes de los dos ámbitos, y los socialistas están dispuestos a hacerlo siempre y cuando el pacto esté cerrado, como conclusión de la negociación, y no ya antes.
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