Salvo un milagro, 2022 se presenta como candidato a ser uno de los peores años de la historia para los inversores. Con una inflación desatada, localizar cobijo para los ahorros se ha transformado en un auténtico deporte de riesgo y solo dos tipos de activos entre todos los que se pueden hallar en el mercado se han salvado de meses y meses de caigas generalizados.
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