
Alberto Núñez Feijóo coincide en algo con Pedro Sánchez: “Doñana no se toca”. Pero piensa que la manera de lograr ese objetivo común no es atacando a Andalucía y al presidente de la Junta. Por eso ha emplazado al Gobierno a “dejar de insultar al presidente andaluz” y a sentarse a buscar soluciones para Doñana. Se refiere Feijóo a las palabras de la vicepresidenta Teresa Ribera que ha acusado a Juanma Moreno de “acosador” y de “actuar con la soberbia del señorito”, una vez que el Parlamento andaluz aprobase iniciar la tramitación de la proposición de ley del PP y Vox para legalizar regadíos en el Parque Natural.
En el PP no han pasado por alto estos días la dureza con la que Ribera se ha dirigido a Moreno Bonilla. Y no olvidan que la ministra y el presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, también aguzaron sus discrepancias públicamente hace unos meses en torno al trasvase Tajo-Segura, después de que el Gobierno decidiese fijar una caudal ecológico que significa una merma notable en la trasferencia de agua al sureste peninsular. Hasta el punto de que el Ejecutivo de Puig presentó un recurso frente al Tribunal Supremo contra el real decreto impulsado por la ministra de Transición Energética. A pesar de ello, recuerdan en el PP, Ribera no subió el tono contra Puig ni una vez. Incluso, llegó a pedir tranquilidad y serenidad sobre ese tema. En Génova lo tienen claro: Teresa Ribera no utiliza el mismo rasero por el hecho de que no se atrevió a insultar al socialista Ximo Puig como ha hecho en los últimos días con Juanma Moreno.
