El próximo Gobierno tendrá que decidir la suerte de distintas medidas fiscales ya en su primer año de legislatura. Las cantidades no son pequeñas: superan los 10.000 millones de euros. No solo hay impuestos y recargos pendientes de implementarse, como los polémicos peajes en las autovías que en los últimos días han acaparado los titulares de los medios. El Ejecutivo que se conforme tras las elecciones de este domingo también va a deber decidir si prorroga o elimina, total o parcialmente, la rebaja a los impuestos energéticos adoptada para frenar la inflación. Por último, deberá determinar el futuro de los nuevos tributos extraordinarios a banca, energéticas y grandes fortunas. La regla que los regula establece que se evalúen antes de que finalice su vigencia, de un par de años. Esto es, antes que concluya dos mil veinticuatro.
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