En artículos precedentes examinábamos de qué manera el PIB por la vía de la producción y de las rentas ha sido infraestimado en estos últimos años. Lo mismo se observa desde la perspectiva del gasto y, en particular, en el consumo e inversión de los hogares. Vamos a mostrar de qué forma la enclenque restauración en la adquisición de bienes y servicios para uso personal que apuntan las series del INE no ten relación con uno de los mejores indicadores que existen en este ámbito: el IVA. De este modo, argumentaremos que la economía de España protagonizó una restauración más intensa en dos mil veintiuno impulsada por el gasto de las familias. Es una conclusión relevante pues descarta la idea de que la plena recuperación del turismo extranjero fuera definitiva para el sostenimiento de la economía de España.
El PIB por la vía del gasto mide la suma del consumo, la inversión y las exportaciones netas. En el primer campo, lo más importante son los recursos y servicios que adquieren los hogares, como los alimentos, el alquiler de la vivienda, la ropa o el ocio. A ello se agrega el consumo…