El Senado ha aprobado este jueves la reforma exprés del Código Penal —que deroga el delito de sublevación y rebaja el de malversación— con la atención pública más pendiente de otros frentes: el sorteo de la lotería de Navidad y la resaca del choque sin precedentes de los últimos días entre los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. Durante el debate, el Partido Socialista ha aprovechado la concentración de focos en el Tribunal Constitucional para pasar de puntillas sobre la reforma penal, una prueba de la incomodidad que provoca entre los socialistas. La eliminación de la sublevación y la rebaja de la malversación son medidas “arriesgadas”, según reconoció hace días Pedro Sánchez, si bien, a su modo de ver, precisas para solucionar la crisis territorial en Cataluña generada por el procés. Antes de la votación, que ha salido adelante por ciento cuarenta votos a favor (PSOE, ERC, PNV, EH Bildu y Més per Mallorca), 118 en contra (PP, Junts, Vox, Teruel Existe, UPN, Cs, PRC, Alianza Canaria, Partido Aragonés y dos senadores independientes) y 3 abstenciones (Compromís, Más Madrid y Geroa Bai), el presidente de la Cámara Alta, Ander Gil, ha recordado que el Constitucional había obligado a retirar las enmiendas referidas a la renovación del propio tribunal, que habían sido inicialmente incorporadas a esta reforma legal, “imposibilitando, a juicio de esta presidencia, el pleno ejercicio de las legítimas facultades del Senado”.
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