El pasado mes de septiembre, la ministra de Igualdad comparecía en el Congreso de los Diputados para charlar de la reforma de la Ley del Aborto. Una intervención en la que Irene Montero defendía la importancia de la educación sexual en menores, y que fue manipulada por Vox y otras asociaciones próximas a la ultraderecha para montar una campaña contra la ministra, a quien terminaron denunciando frente al Tribunal Supremo bajo la acusación de promover la corrupción de los más pequeños. Ahora los jueces han rechazado de plano todas las acusaciones, en un auto en el que reprochan a Vox que mezcle el debate parlamentario con la pedofilia y que haya intentado acusar a Montero de un delito que ni siquiera existe. “Las demandas y demandas son descubiertamente improcedentes”, afirma el Supremo.
La ministra de Igualdad habló ese día en la comisión del ramo en el Congreso de los Miembros del Congreso de los Diputados. Una intervención en la que defendió que la educación sexual es “un derecho de los niños y de las niñas, independientemente de quienes sean sus familias”. Añadió también que los menores están en su derecho a “saber que ningún adulto puede tocar su cuerpo, si ellos no quieren, si no desean, y que eso es una forma de violencia, están en su derecho a querer y a tener relaciones íntimas con quién les dé la gana, basadas, eso sí, en el consentimiento, y eso son derechos que tiene reconocidos y que a no les agradan”.
Vox y otros colectivos de ultraderecha no tardaron un buen tiempo en manipular estas palabras e interpretar que la titular de la cartera de Igualdad estaba invitando a la corrupción de menores…