El seísmo que el pasado lunes sacudió a Turquía y Siria ha convertido ya en inhabitables grandes superficies de ciudades turcas. “Llevo un autobús vacío a Elbistan, llevaré a las familias que lo quieran hasta Ankara o Eskisehir de manera gratuita. Por favor, reenviad este mensaje”. Y el mensaje de Davut Çankaya, una de las personas que trata de prestar ayuda a las decenas y decenas de miles y miles de evacuados que no pueden retornar a sus hogares tras el temblor de la tierra, se extiende con la rapidez del fuego mediante un reguero de pólvora, por conjuntos de WhatsApp y otras redes sociales. En una hora, las plazas están completas, y a las 14:00 hora local (mediodía en la España peninsular) se disponía a partir desde una de las zonas más castigadas del seísmo hacia zonas más seguras.
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