“Volvemos a los viejos tiempos”. La hora y pico de espera para entrar en Fitur, en la primera jornada de la feria del turismo, recordaba a muchos asistentes a los tiempos anteriores a la pandemia. “Es tal y como si nada hubiese cambiado, ni en la gente que viene, ni en la organización”, insistía el mismo asistente antes las puertas del circuito ferial madrileño.
Este año, se espera la asistencia de más de 120.000 profesionales y unos noventa visitantes en las jornadas abiertas al público. Son cifras afines a las de dos mil diecinueve, en un ambiente que mantiene exactamente el mismo espíritu, una mezcla de profesionales del sector y de políticos de todas y cada una de las ideologías que venden los puntos fuertes de sus territorios. En Fitur, además, hay espacio para osos de peluche gigantes, la copa de la Champions League -que este año promociona Estambul, sede de la final-, carrozas de colores o actores disfrazados como Jim Carrey en ‘La Máscara’.
Esta Feria Internacional del Turismo también es el espacio en el que las principales empresas hoteleras hacen balance e señalan por dónde van…
