España cerrará este año con un récord anual de turistas, que oscilará entre 90 y 95 millones, y un máximo histórico de gasto, que rondará los 125.000 millones de euros. Un balance que ha traído efectos positivos para las empresas (el saneamiento de las cuentas de resultados de hoteles, aerolíneas, turoperadores o agencias de viajes) y consecuencias negativas para los ciudadanos (masificación de destinos, subida de precios y escasez de vivienda).
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