Tras un dulce 2021 para Elon Musk —cuando se coronó como el hombre más rico del mundo—, un 2022 funesto. El empresario estadounidense, en el ojo del huracán desde que en octubre se transformó en mandamás de la red social Twitter, ha visto de qué forma su aún vastísima fortuna se evaporaba en ciento treinta y dos mil millones de dólares (ciento veinticuatro mil millones de euros). La mayor parte de esa caída, que le ha apartado a la segunda situación en la clasificación global de millonarios, está vinculada con el batacazo bursátil de Tesla: en doce meses, el fabricante de coches eléctricos que creó y dirige, ha perdido las dos terceras unas partes de su valor. Una tendencia avivada por las ventas de acciones ejecutadas por el propio Musk.
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