“Teníamos un dinerillo ahorrado y, como los bancos no nos dan nada, hemos venido a comprar letras”, explica resuelta Rosa, jubilada, quien, junto a su marido y con el bolso bien agarrado con las dos manos, lleva desde las 7 y media de la mañana esperando en la puerta del Banco de España. Su intención es suscribir una de las próximas emisiones de deuda pública a corto plazo del Tesoro. Es jueves, decenas de personas la acompañan, bien abrigadas, a cerca de 0 grados. Muchas del mismo perfil y con el mismo argumento. Aunque también se ha dejado caer en la sorprendente cola en la calle Alcalá de la capital un enfermero de unos cuarenta años que acaba de terminar su turno nocturno. Y un joven que trabaja en el sector de los seguros. Pronto llegan cámaras de televisión, fotógrafos, micrófonos de radio y otros periodistas curiosos.
Numerosas publicaciones, hasta la prestigiosa agencia de información económica Bloomberg, se han sorprendido en los últimos días con las colas a primera hora…