De pasar de ser una empresa a la que cualquiera aspiraría y estaría orgulloso de trabajar, a ser un dolor de cabeza diario a los dos mil empleados que quedan. Desde la llegada de Elon Musk a Twitter ya hace casi un año, la compañía se ha convertido en un averno donde poder acceder al sistema y hacer tus tareas no está asegurado al día después.
”Es una olla a presión, es horrible”: este es el infierno en el que se ha transformado Twitter

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