España cambia poco a poco su forma de abordar la inmigración laboral. Las alternativas para contratar extranjeros en sus países están ampliándose y flexibilizándose. Hace solo una semana se publicaba una orden ministerial que regula de qué manera España captará trabajadores en el exterior en los próximos años, desde temporeros a camioneros pasando por electricistas. Detrás de todos y cada uno de los cambios que se vienen sucediendo desde 2019 está el ministro de Inclusión, Migraciones y Seguridad Social, José Luis Escrivá, que en sus prácticamente 4 años de mandato ha impreso en la política migratoria una perspectiva práctica y económica —y utilitarista, según sus críticos— bastante novedosa.
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