A un ritmo más bajo, en parte por el bálsamo de la excepción ibérica, pero la escalada de la luz siguió en la segunda mitad del año pasado. España cerró 2022 como el octavo país con la electricidad más cara de la UE, según los datos recién publicados por la oficina estadística comunitaria (Eurostat), por detrás de Dinamarca, Bélgica, Irlanda, Rep. Checa, Italia, Rumania y Alemania, y, por ende, claramente por encima de la media de los 27. 6 meses ya antes, a finales de junio, era el quinto más costoso del bloque. La mejora en esa clasificación no responde, en cambio, a un abaratamiento de la luz en España, sino al peor comportamiento relativo de los costos en otros socios.
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