La inflación continúa en niveles elevados, las fuertes crisis geopolíticas a nivel global no amainan y el enfriamiento económico azota a buena parte de los mercados de los que tradicionalmente vive el sector turístico español. Sin embargo, ni siquiera con ese panorama la primera actividad económica del país se resiente. Todo lo contrario: España continúa registrando un crecimiento constante tanto en la llegada de turistas internacionales como en el desembolso que estos dejan.
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