No sé si han gozado alguna vez de un espectáculo de ilusionismo. Si lo han hecho seguro que han salido de la sala dándole vueltas a lo que allí había ocurrido. El ilusionista consigue cosas supuestamente increíbles. ¿De qué forma ha podido hacerlo?, se pregunta un público perplejo. Quienes se dedican a estas artes escénicas saben que todo tiene truco. También quienes van a disfrutar de ellas son siendo conscientes de que nada es lo que parece ¿Qué hace entonces que algo así funcione? La respuesta está en la confianza que ofrece respaldarse en la sinceridad. La que se produce entre quien no oculta a sus espectadores que todo se asienta en un engaño, mas trabaja duro para que nunca se descubra el truco.
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