- Más de cien indicadores
- Impacto en la salud
- Diferencias generacionales
Un estudio del eLearning Innovation Center (eLinC) de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), en colaboración con Accenture, ha permitido trazar una panorámica sobre las tendencias primordiales en el consumo de contenidos digitales por parte de jóvenes y adolescentes.
Los resultados apuntan a que un 70 por ciento de las personas entre 14 y treinta y cinco años tienen el móvil como primordial herramienta para la lectura de contenidos digitales. Además, el informe también señala que el formato digital hace que este colectivo sea más propenso a las divagaciones mentales, en comparación con el papel, que deja concentrarse mejor.
El informe El futuro del consumo de contenidos digitales, disponible en abierto en el repositorio de la UOC, remarca que en un entorno de información sobreabundante, solo las organizaciones capaces de captar la atención de los usuarios podrán mejorar.
Y no es de extrañar: de acuerdo con los datos recogidos en el informe, en 15 años la capacidad de atención de los humanos ha bajado de los 12 a los 8,2 segundos. Además de esto, herramientas como el teléfono móvil, que consultamos más de 150 veces al día, aún ponen más a prueba la capacidad de concentración.
“Está bastante claro que la multitarea provoca una pérdida de eficiencia. A la vez, mas, vemos que los jóvenes tienen mucho criterio para diferenciar los usos de los dispositivos, los formatos y los canales en función del momento o del objetivo que persiguen”, explica Guillem Garcia Brustenga, especialista en detección y análisis de tendencias en la eLinC y coordinador del trabajo.
Más de un centenar de indicadores
En una primera fase del estudio, los estudiosos han analizado 111 indicadores de referencia sobre contenidos digitales para detectar qué factores tienen impacto sobre el consumo, comprender las macrotendencias, extraer datos de comportamiento de los jóvenes y entender las lógicas de mercado que hay tras los contenidos formativos.
Así han podido ver que los estudiantes con más inconvenientes para concentrarse prefieren los contenidos en formato de vídeo para descubrir o aclarar conceptos durante su capacitación. Los contenidos digitales han pasado a tener una posición central en la vida de los jóvenes, marcados por un ambiente con una tendencia clara hacia la monetización y la virtualización: un tercio desea ser influente y uno de cada cinco cree que puede ser jugador profesional.
Impacto en la salud
El estudio de la UOC asimismo saca a la luz el impacto de la sobreexposición digital en la salud mental del colectivo: el 20 por cien de los jóvenes presentan síntomas de insomnio, un 40 por ciento dice conectarse para no sentirse solo y el 81 por cien sufre nomofobia (temor a estar sin el móvil). Conforme los especialistas consultados, estas patologías crecientes son aprovechadas por organizaciones de todo tipo para atraer a más usuarios jóvenes con diferentes estrategias de marketing.
Otro punto relevante es que el modelo de consumo de contenidos digitales es muy dispar entre los jóvenes y los factores que lo determinan no pueden entenderse sin conocer su modo de vida.
Los jóvenes con mejor comprensión lectora son los que tienen más estudios, que a su vez cuentan con un entorno socioeconómico más conveniente y realizan más actividad física y de ocio fuera de casa. “La edad, la clase social y los hábitos de ocio marcan la capacidad de absorción de conocimientos”, confirma Garcia Brustenga.
Diferencias generacionales
En una segunda fase del trabajo se ha realizado una investigación cualitativa mediante entrevistas a expertos en educación y sicología de dentro y fuera de la UOC, así como a estudiantes de España y México. Y se ha visto que no todas y cada una de las generaciones de jóvenes son iguales.
La generación Z (finales de 1990-principios de 2000) prefiere la desvirtualización —un 78 por cien de estos jóvenes piensa que el maestro es fundamental en su aprendizaje y desarrollo—, al tiempo que la generación Y (principios de mil novecientos ochenta-finales de mil novecientos noventa), que hace años que estudia, busca la flexibilidad de los formatos autodirigidos y 100 por ciento digitales. Además, en términos generales, se observa una polarización de los estudiantes según lo que esperan de la universidad: unos van a mínimos, y otros, muy motivados.
“Una vez analizados los datos y detectadas las macrotendencias, los resultados de este informe van a ayudar a los especialistas del eLinC y del resto de la UOC a seguir avanzando en la optimización de la enseñanza digital orientando su investigación hacia nuevos modelos, formatos y contenidos suficientemente motivadores y que busquen un vínculo emocional con el estudiante”, indica la directora del eLinC, Sílvia Sivera.