La queja documentada más antigua del mundo data del año 1750 AC. Está dirigida a Ea-Nasir, un comerciante que viajaba al Golfo Pérsico para comprar cobre que luego vendía en Mesopotamia. Entre sus clientes estaba Nanni, quien envió a un mensajero con dinero para comprar el metal. Ea-Nasir le entregó cobre de mala calidad, diciéndole que, si quería, que lo cogiera y que, si no, que se fuera. La insólita hoja de reclamaciones está escrita en una tablilla cuneiforme que fue encontrada en las ruinas de la antigua ciudad de Ur, uno de los primeros núcleos urbanos de la humanidad. Parece ser, pues, que la queja es algo consustancial a la civilización.
in Actualidad