No va más. La medianoche de este viernes pone fin a la campaña de las elecciones autonómicas y municipales que se festejarán el domingo. Una campaña que ha crecido en intensidad: si el arranque estuvo dominado por los peligros medioambientales del Parque de Doñana o la aprobación terminante de la ley de residencia y las promesas en esta materia, muy pronto acapararon los titulares los cuarenta y cuatro aspirantes exetarras de EH Bildu y las hipérboles sobre la pervivencia de ETA. El final ha estado marcado por las demandas de compra de votos en Melilla y otros lugares más pequeños de la geografía española y un escándalo relacionado con un secuestro en un pequeño ayuntamiento de Granada.
Los comicios de este 28 de mayo determinarán todo el poder municipal para los próximos cuatro años, y una buena parte del autonómico. Mas, además de esto, servirán de lanzamiento de la campaña de las elecciones generales, previstas para el mes de diciembre. En apenas medio año, los partidos se juegan prácticamente todo. Y los candidatos, todo.
“Solo vale ganar”, repite en sus mítines el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. “No tendremos otra oportunidad”, asegura. Frases que suenan, por igual, a arenga y a advertencia a los dirigentes locales y regionales, mas que se le aplicarán a él mismo antes de las próximas navidades. La derecha confía en volver a ganar este 28M unas elecciones de ámbito estatal siete años después. La presión es máxima, y el resultado más que ajustado. “El balón irá al poste, ya veremos si hacia dentro o cara afuera”, repiten una y otra vez desde la dirección de campaña de Feijóo.
La última vez que la derecha ganó en toda España corría 2015 y gobernaba…
