Robert Kagan popularizó, hace 20 años, la idea de que los americanos son de Marte y los europeos de Venus. Con esta metáfora captaba las principales diferencias en política exterior y de defensa entre las dos grandes potencias de Occidente. Los americanos, con una mayor tendencia al uso de la fuerza en las relaciones exteriores, más proclives al unilateralismo y menos pendientes de la legislación internacional. Los europeos, más partidarios de la diplomacia para resolver conflictos, adalides de la cooperación y el multilateralismo y respetuosos de las reglas de juego internacionales.
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