Un litro de leche se vende a noventa céntimos en un súper de la capital española, a noventa y dos céntimos en la ciudad de Londres, a uno con cinco en Berlín y a 1,54 euros en la ciudad de París. El kilogramo de manzanas oscila entre los 1,46 euros de Roma y los dos con sesenta y nueve euros de Bruselas. El coste de exactamente la misma cesta de compra, elaborada por este periódico con diez productos básicos de ocho urbes europeas, va de los dieciseis con noventa y seis euros en la capital española a los veintiseis con cincuenta y cinco euros en La Haya. Esta comparación tiene una representatividad muy limitada, pues los productos no son exactamente los mismos y el poder adquisitivo y los salarios de sus ciudadanos tampoco. Pero ilustra un problema generalizado: todos estos recursos han subido en el último año más que nunca.
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