Un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos que tomó datos de dos mil veintiuno desveló que las empresas y los ciudadanos españolas soportaban una presión fiscal del treinta y ocho con ocho por cien , más de cuatro puntos sobre la media de las economías desarrolladas. Pese a ello, el Gobierno prosiguió durante el año pasado con su política económica basada en subir impuestos.
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