La calle Ponzano de la capital española se ha convertido en uno de los símbolos del imperio de Isabel Díaz Ayuso en Madrid. Una travesía en el tradicional distrito de Chamberí perdida para los vecinos y ganada para las terrazas y los gastrobares de precios desorbitados que solo una parte de la ciudadanía, la menos numerosa, puede abonar. Un microcosmos del la villa de Madrid pijo y cayetano que este lunes se ha dado cita en un polideportivo del municipio de Alcobendas para festejar la cena de Navidad del partido que lidera la presidente regional.
“La primera cena”, en palabras de Ayuso , para quien todo ha empezado con ella. Lleno absoluto , a 40 euros el cubierto (cuando antes se pagaban 25), para asistir a otro akelarre del PP contra el Gobierno de coalición. El tono de los exabruptos han dejado muy atrás los ataques por la carencia de “legitimidad” de Pedro Sánchez que le lanzó un ya olvidadísimo Pablo Casado. Este lunes, Ayuso le ha calificado de manera directa de “déspota”.
Y ha llamado a la “revolución en las urnas”. Y a que la ciudadanía madrileña se asocie contra el Gobierno. Ayuso, quien siempre y en todo momento arremetió contra la “colectivización” que la izquierda ha planteado siempre para trabajadores, mujeres o jóvenes, ha pedido ante un auditorio que rondaba el millar de personas la movilización social, en centros de trabajo, bares o escuelas. Desde los padres que desean mejorar “el instituto” de sus hijos a “los jueces y fiscales”.
“En el momento en que me preguntan, ¿qué hace Feijóo? Yo les digo, ‘¿y qué haces tú?’ Si te quejas por una situación de profunda injusticia o no te gusta el colegio, lo debes denunciar. Y si eres un juez o un fiscal, lo debes manifestar. Y si eres un rector que no quiere que un podemita se ponga a la cabeza de una universidad, salir a denunciarlo”, ha espetado Ayuso, quien ha apelado a la movilización “de la sociedad civil”. Aun ha llegado a lamentar que en España ha habido en las últimas décadas “cierto estado de bienestar”. “Sánchez ha roto la baraja. Le toca a la España real y leal, todos y cada uno de los días en columnas, redes, hablando con vecinos, desde sus puestos”. Puro 15M, que en la capital de España viaja de Sol a Ponzano.
La presidenta del PP de la capital española abrió fuego con un agradecimiento a su jefe de filas, Alberto Núñez Feijóo, por acudir a una cita tan singular para la líder. “Nunca voy a olvidar que en esta primera cena estuvo Feijóo”, ha dicho la presidente, para asegurar que el suyo, el del PP que ha regido la Comunidad de la capital española de forma ininterrumpida desde 1995, es un “proyecto que empieza desde cero”.
Ayuso ha dedicado a Madrid el tiempo habitual que suele emplear en hablar de la zona que gobierna desde dos mil diecinueve. Lo suyo es Pedro Sánchez, el “déspota” al que, no obstante, no intentarán echar antes de que concluya su orden. La líder regional ha echado un capote a su jefe de filas cuando ha protegido el rechazo de Feijóo a una moción de censura, como le reclaman desde Vox o Ciudadanos al líder del PP.
Porque pese a que “en 2023 vamos a ver cosas impensables sin rubor”. Si bien “si el PP no lo soluciona, dos mil veintitres será el último capítulo del libro que comenzamos a redactar en mil novecientos setenta y ocho”, en referencia a la Constitución que se aprobó el mismo año que nació. Y pese a que todo desembocará en un “dos mil veinticuatro lleno de referendo o consultas ilegales que ya se preocuparán de que parezcan legales”, no toca moción de censura.
“No es buena resolución refrendar lo que es ilegítimo en el Congreso, ha dicho Ayuso en referencia a Sánchez. “No os preocupéis”, ha planteado. “Son cinco meses a una primera parada [las autonómicas] y después a expulsarlos de todas las instituciones del Estado”, ha concluido. 12 meses en total el país en manos del tirano.
La de Feijóo también era su primera cena de Navidad como presidente nacional del PP. El dirigente se ha mostrado muy agradecido por permitirle asistir si bien, tal y como ha recordado, va a ser el número uno de la lista por la villa de Madrid en las generales del año próximo.
“A la cena de Navidad solo se invita a la familia”, ha dicho, si bien la familia del PP aún se recupera de la ruptura entre Ayuso y Casado, quien solo ha aparecido entre rumores en ciertos corrillos como una referencia a quien se fue para no regresar.
Sin mentar a su predecesor, cuya salida intempestiva fue imprescindible para el ascenso del gallego, Feijóo estableció un relato de “vidas paralelas” con Ayuso. Ella volvió a ofrecer su “ejército” y adquirió que el “inicio” fue en abril y mayo de este año, cuando se celebraron los congresos que encumbraron a los dos. “Lo más fácil es que no diese el paso y yo me quedara con el Apóstol. Ni a ella ni a mí nos agrada lo más simple”, ha apuntado.
Sobre la moción de censura, nada nuevo en el discurso de Feijóo. “No se trata de que voten 350 en una urna [en referencia a los diputados], queremos que voten todos los españoles mayores de edad en toda España. Es ahí donde se hace la moción de censura”, dijo. “Es como jugar a la lotería con un número que sabes que no toca”, insistió. “Pedro Sánchez festejará cada voto contra el PP”, ha añadido. “Hay que explicarlo bien: o nosotros, o Sánchez. Él lo sabe, cuanto más divida el voto más posibilidades tiene de regir con los independentistas, y menos el centroderecha de recuperar España. Por eso lo alimenta”, ha zanjado.
Feijóo ha clamado por “votarlos con V para botarlos con B”. “Lo esencial es que los españoles tomen la palabra, que los españoles votemos ya, o el año próximo habrá un referéndum en Catalunya. ¿No tenemos derecho a decidirlo todos? ¿No tenemos derecho a decidir que el señor Otegi mande en el Gobierno de España”, ha añadido, para calificar como “basura política” las reformas legales que se tramitan estos días en las Cortes Generales.
Tras los alegatos, breve charla en la mesa presidencia. Feijóo y Ayuso, hombro con hombro. A la derecha de la presidente, el hombre fuerte del gallego en los territorios, Miguel Tellado. En frente, el número tres, Elías Bendodo. Con los postres rondando las mesas y algunas copas de espumoso chocando entre ellas, los líderes nacionales han abandonado el pabellón y Ayuso se ha zambullido en un baño de masas entre sus militantes. El genuino leit motiv de la noche para los asistentes.