La posibilidad de que Ferrovial se mudase fuera de España llevaba tiempo encima de la mesa del consejo de administración que preside Rafael del Pino. Mas cuando empezó a tomar forma fue hace aproximadamente un año. “Los inversores nos preguntaban, ¿qué ocurre con la cotización? Llevaban 4 años insistiendo a fin de que cotizáramos en Estados Unidos”, trasladan fuentes de la compañía. Solo un reducido grupo de personas trabajaron durante esos meses en el estudio de los inconvenientes y ventajas del movimiento, y no fue hasta el día mismo de la comunicación pública a la CNMV cuando Rafael Del Pino, el presidente de la constructora, se lo intentó trasladar a miembros del Gobierno (al presidente, Pedro Sánchez y a la vicepresidenta económica, Nadia Calviño). Intento fallido. En la sede de Príncipe de Vergara de la multinacional constructora siguen aguardando que Sánchez devuelva la llamada, algo que sí hizo la ministra el día siguiente de conocer la propuesta de deslocalización. Fue el miércoles, cuando se puso en contacto con Del Pino para decirle que estaba haciendo algo inadmisible y recordarle que “España le ha dado todo a Ferrovial. Es una decisión que va contra el interés y la imagen de nuestro país”.
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“Seguiremos contribuyendo fiscalmente, como siempre”
Ignacio Madridejos, consejero delegado de la compañía, debió salir al paso ayer ante la avalancha de críticas. “En Ferrovial deseamos proseguir creciendo y estamos muy ilusionados por esta nueva etapa que esperemos entusiasme también a muchos inversores”. En un breve vídeo corporativo justificó que la reorganización será “acorde con el perfil de la empresa”. “Que nadie dude de nuestra continuidad en España. El plan es sostener el empleo, la actividad, las inversiones y proseguiremos contribuyendo fiscalmente, como siempre y en todo momento hemos hecho”.
